Duraznos cardinal

En una cacerola grande, disolver el azúcar dentro del agua sobre fuego lento, revolviendo constantemente. Cuando el azúcar se haya disuelto, agregar la vaina de vainilla, aumentar el fuego a moderado y llevar el almíbar a hervor. Reducir el fuego al mínimo y cocinar lentamente el almíbar durante tres minutos. Retirar la vaina de vainilla. Colocar las mitades de duraznos, con sumo cuidado, dentro del almíbar, de manera que queden con la parte seccionada hacia abajo y cocinarlos lentamente de tres a cinco minutos o hasta que estén bien tiernos.

Retirar el recipiente del fuego y dejar que los duraznos se enfríen dentro del almíbar. Cuando estén fríos, pasarlos junto con el almíbar a un bol grande y poco profundo. Llevar el bol a la heladera y enfriar los duraznos durante una hora o hasta que estén bien fríos.

En un bol pequeño, combinar la salsa Melba y el kirsch. Con la ayuda de una espumadera, colocar los duraznos en recipientes de vidrio individuales, previamente enfriados. Descartar el almíbar o reservarlo para utilizarlo en el futuro.

Verter la mezcla de salsa Melba y kirsch sobre los duraznos.

Empleando una cuchara, poner la crema chantilly dentro de una manga para decorar con una boquilla rizada de doce milímetros.

Formar estrellas de crema chantilly alrededor del borde de los duraznos. Decorar la crema con las frambuesas y distribuir las almendras sobre los duraznos.

Servir de inmediato.