Brioche II

Tamizar la harina y dejarla caer dentro de un bol grande entibiado y, empleando los dedos, desmenuzar la levadura dentro de la harina.

En un bol pequeño, batir ligeramente los huevos junto con el azúcar y la sal, utilizando una cuchara de madera. Formar un pozo en el centro de la harina y la levadura y verter dentro del mismo la preparación de huevos. Batir con una cuchara de madera para combinar bien todos los ingredientes.

En una cacerola pequeña, derretir cuatro cucharadas de manteca sobre fuego lento. La misma no debe cocinarse: solo es necesario derretirla y calentarla. Incorporar la manteca derretida y el agua tibia a la preparación de harina. Batir hasta que la pasta esté bien mezclada y espumosa.

Tapar el bol con un repasador limpio y dejarlo en un lugar cálido para que se levante de una hora y media a dos horas o hasta que la preparación haya duplicado su volumen.

Calentar el horno hasta una temperatura de 220°C. Enmantecar un molde acanalado para brioches de 1/2 litro de capacidad, con la cucharada de manteca restante. El recipiente debe estar bien enmantecado, por lo cual,

si fuera necesario, debe emplearse más cantidad.

Verter la masa levada dentro del molde preparado, empleando una espátula para desprender bien toda la preparación. Colocar el recipiente en el centro del horno y cocinar durante 10 minutos. Transcurrido este lapso, el brioche se habrá levantado y su parte superior estará dorada. Bajar la temperatura del horno a 190°C. Cocinar durante 20 minutos más. Si la parte superior se dora demasiado, cubrirla con papel de aluminio.

Retirar el brioche del horno. Para asegurarse de que esté listo, pincharlo en el centro con una broqueta. Si esta sale limpia el brioche estará bien cocido.

Dejar enfriar durante 20 minutos dentro del recipiente antes de desmoldar.