Crema básica para helado 2

Ubicar el termostato de la heladera en su punto máximo (de frío más intenso).

En una cacerola pequeña, calentar la leche junto con la vaina de vainilla sobre fuego moderado, hasta que alcance casi el punto de ebullición. Retirar el recipiente del fuego, taparlo y dejar descansar la leche durante veinte minutos para que tome el sabor de la vainilla.

En un bol de tamaño mediano, batir la yema de huevo junto con el polvo para hacer flan, el azúcar y dos cucharadas de la leche perfumada con vainilla, empleando una cuchara de madera. Colar la leche restante y dejarla caer sobre la preparación de yema de huevo, batir de tanto en tanto. Verter todos los ingredientes anteriores dentro de la cacerola y colocarla nuevamente sobre fuego lento. Co­cinar todo sin dejar de revolver durante cinco minutos o hasta que el líquido comience a hervir y se torne lo suficientemente espeso como para cubrir la parte posterior de una cu­chara.

Retirar el recipiente del fuego e incorporar la gelatina disuelta. Mez­clar y verter la preparación dentro de un bol y dejarla a un lado para que se enfríe.

Tapar el bol y ubicarlo dentro de la heladera y enfriar la mezcla durante una hora.

Verterla luego dentro de cubeteras y ubicarla en el congelador.

Después de treinta minutos retirar la cubetera y poner la preparación del helado dentro de un bol bien frío. Ba­tir con un tenedor de alambre o uno giratorio.

Empleando una cuchara de metal, mezclar suavemente la clara previamente batida con el helado. Poner en la cubetera y ubicarlo una vez más en el congelador para que se hiele durante una hora, o hasta que adquiera una consistencia firme. Reti­rarlo de la heladera y servirlo.