Galleta de damascos

Desmenuzar la levadura dentro de un bol pequeño. Agregar el agua y el azúcar y batir con un tenedor de cocina hasta obtener una crema. Dejar el bol aparte en un lugar cálido donde no se formen corrientes de aire, durante quince o veinte minutos o hasta que la preparación de levadura esté hinchada y esponjosa.

Tamizar la harina junto con la sal dejándola caer dentro de un bol de tamaño mediano. Formar un pozo en el centro de la harina y colocar dentro del mismo la preparación de levadura, la manteca derretida y el huevo. Mezclar gradualmente los ingredientes líquidos con la harina, trabajando directamente con los dedos. Continuar mezclando hasta que se haya incorporado toda la harina y la masa se desprenda de los costados del bol.

Poner la masa sobre una tabla ligeramente enharinada y amasarla durante cinco minutos. La masa debe quedar suave y elástica.

Enjuagar, secar bien y enmantecar ligeramente el bol.

Formar una pelota con la masa y colocarla nuevamente dentro del bol. Tapar el recipiente con un repasador limpio y ubicarlo en un lugar cálido donde no se formen corrientes de aire. Dejar descansar durante una hora y media o dos horas, o hasta que la masa se haya levantado y casi haya duplicado su volumen.

Cubrir la base de una cacerola de tamaño mediano con seis milímetros de agua. Agregar los damascos, dos cucharadas de azúcar y la cáscara de limón. Tapar el recipiente y ubicarlo sobre fuego al mínimo. Cocinar durante veinte minutos o hasta que los damascos estén tiernos pero mantengan su forma. Escurrir los damascos y reservar el líquido de la cocción. Dejar aparte.

La galleta normanda, una preparación regional francesa, combina manzanas agridulces con coñac calvados.

Calentar el horno hasta una tem­peratura de 190°C.

Retirar la masa levantada del bol y ponerla sobre una superficie enharinada. Amasarla durante tres minu­tos. Extenderla formando un círculo y ponerla en el centro de un molde con forma de anillo de veinte centímetros de diámetro, ubicado sobre una placa para horno. Presionar suavemente la masa para rellenar el anillo y ahuecar ligeramente el centro. Dejar la masa aparte en un lugar cálido, durante quince minutos, para que se le­vante.

Apoyar los damascos cortados en mitades sobre la superficie de la masa, en forma prolija. Espolvorear con dos cucharadas de azúcar y bañar con una cucharada del líquido de la cocción.

Ubicar la galleta en el horno y cocinarla durante veinte minutos o hasta que la masa esté bien levantada y apenas comience a dorarse en los bordes. Retirar el molde. Espolvorear con el azúcar restante y bañar con otra cucharada del líquido de la cocción. Cocinar diez minutos más.

Retirar la galleta del horno y traspasarla a un recipiente para llevar a la mesa. Servir de inmediato.