Pan de cebolla

Desmenuzar la levadura dentro de un bol pequeño y pisarla con el azúcar con la ayuda de un tenedor. Agregar las dos cucharadas de leche y batir la preparación hasta formar una crema. Dejar el bol aparte en un lugar cálido donde no sé formen corrientes de aire, durante quince o veinte minutos o hasta que la preparación de levadura se haya hinchado y esté esponjosa.

En una cacerola pequeña derretir tres cucharadas de manteca sobre fuego moderado. Retirar el recipiente del fuego y dejar enfriar la manteca hasta que esté tibia.

Tamizar la harina junto con una cucharadita y media de sal dejándola caer dentro de un bol grande. Formar un hoyo en el centro y verter dentro del mismo la preparación de levadura, el resto de la leche y la manteca derretida. Empleando una espátula o trabajando directamente con los dedos, incorporar la harina a los líquidos en forma gradual. Continuar mezclando hasta que se haya incorporado toda la harina y la masa se desprenda de los costados del bol. Añadir más leche tibia si la masa resultara demasiado seca.

Colocar la masa sobre una tabla o mesada de mármol ligeramente enharinada y amasarla durante diez minutos enharinando nuevamente la superficie de trabajo si la masa se torna pegajosa. La masa debe quedar elástica y suave.

Enjuagar, secar bien y enmantecar ligeramente el bol grande. Formar una bola con la masa y colocarla dentro del bol. Tapar el recipiente con un repasador limpio y húmedo y ponerlo en un lugar cálido donde no se formen corrientes de aire. Dejar descansar la masa durante una hora y media a dos horas o hasta que se haya levantado y casi duplicado su volumen.

Enmantecar generosamente una asadera grande y poco profunda con una cucharada de la manteca restante. Dejar aparte.

En una sartén grande derretir el resto de la manteca sobre fuego moderado. Cuando la espuma baje incorporar las cebollas y el ajo y freír durante cinco o siete minutos o hasta que las cebollas estén blandas y transparentes pero no doradas, revolviendo de tanto en tanto. Sazonar

con una cucharadita de sal y media cucharadita de pimienta. Retirar e recipiente del fuego.

Empleando una espumadera colocar las cebollas y el ajo sobre pape absorbente para que se escurran Distribuir las cebollas y el ajo en forma pareja sobre la base de la asadera enmantecada. Dejar aparte. Reservar la manteca contenida en la sartén.

Colocar la masa ya levantada sobre una superficie enharinada y amasarla durante cuatro minutos. Aplanar la masa con la base de la palma de la mano hasta formar un rectángulo de doce milímetros de espesor y del tamaño de la asadera. Levantar cuidadosamente la masa y acomodarla dentro de la asadera. Pintarla con la manteca reservada contenida en la sartén.

Poner la asadera en un lugar cálido y dejar descansar la preparación durante treinta o cuarenta minutos : hasta que casi haya duplicado su volumen.

Calentar el horno hasta una temperatura de 220°C.

En un bol pequeño batir las yemas de huevo junto con la leche y el reste de la sal y la pimienta.

Verter la preparación de huevo sobre la masa. Ubicar la asadera en el centro del horno y cocinar el pan durante diez minutos. Reducir la temperatura del horno a 190°C y continuar cocinando durante veinte minutos.

Retirar el recipiente del horno. Desmoldar el pan sobre un enrejado de alambre y dejar que se enfríe completamente antes de servirlo.