Huevos a la cuzqueña

Cortar una rebanada a los tomates del lado del tallo de modo que quede una abertura que permita introducir un huevo. Con una cucharita de té quitar la pulpa y las semillas de los tomates. Reservar la pulpa, las semillas y las rebanadas. Espolvorear la parte interior de los tomates ahuecados con la mitad de la sal y de la pimienta y dejarlos aparte.

En una cacerola pequeña, calentar el aceite sobre fuego moderado. Cuando esté caliente, incorporar la cebolla y freiría durante cinco o siete minutos o hasta que la cebolla esté blanda y transparente pero no dorada, revolviendo de tanto en tanto. Agregar la pulpa, las semillas y las rebanadas de tomate reservadas, la albahaca, el puré de tomates y el resto de la sal y la pimienta. Reducir el fuego al mínimo, tapar el recipiente y cocinar lentamente durante quince o veinte minutos o hasta que la pre­paración esté espesa.

Retirar la cacerola del fuego y dejar la salsa aparte para que se enfríe.

Colocar los tomates ahuecados sobre un recipiente para llevar a la mesa. Poner un huevo duro dentro de cada tomate. Ubicar el recipiente en la heladera y enfriar durante por lo menos veinte minutos.

Cuando la salsa esté fría, colarla y añadir la mayonesa y revolver.

Traspasar la salsa a un bol pequeño y llevarla a la heladera para que se enfríe bien.

Momentos antes de servir, retirar los tomates rellenos con huevos duros y la salsa de la heladera. Con la ayuda de una cuchara bañar los huevos con la salsa. Adornar con berro y servir.

Una variante original es presentar el plato como si fuese un campo de hongos.

Es decir, se cortan los tomates al medio, se ahuecan y luego se insertan en huevos duros: el tomate hace las veces del sombrero del hongo, y el huevo, del tallo. Con una manga, hacer pequeñas puntitas en el sombrero para darle el aspecto de un grabado infantil.