Mousse de roquefort

Untar ocho cazuelitas o recipientes individuales con el aceite. Ponerlos boca abajo sobre papel absorbente para que se escurran.

Frotar el queso contra un colador fino con la parte posterior de una cuchara de madera y dejarlo caer dentro de un bol grande a prueba de fuego. Verter la mitad de la crema de leche sobre el queso en forma gradual y batiendo constantemente. Ubicar el bol sobre una cacerola llena de agua caliente hasta la mitad. Agregar la canela y revolver sin cesar hasta que la preparación esté suave y cremosa.

Retirar el recipiente del fuego y el bol del agua y dejar enfriar la preparación durante diez minutos. Poner el bol en la heladera y enfriar durante una hora.

Retirar el bol de la heladera. Agregar el resto de la crema de leche y la gelatina disuelta mezclando suavemente con una cuchara grande de metal. Utilizando una cuchara poner cantidades iguales de la preparación de queso dentro de las cazuelitas y ubicar los recipientes en la heladera. Dejar enfriar durante una hora o hasta que la mousse tenga una consistencia firme.

Retirar las cazuelitas de la heladera y pasar un cuchillo alrededor del borde de cada una. Desmoldar sobre platos individuales y adornar la fuente con el berro. Servir.