Pastel de manzanas americano

Cernir la harina con la sal en un bol grande. Agregar la grasa y la manteca. Trabajar con las yemas de los dedos hasta que la preparación parezca migajas. Agregar el agua, poco a poco, y revolver la masa con un cuchillo hasta que esté firme y no pegajosa. Amasar suavemente hasta que esté lisa. Envolver la masa en papel aluminio y poner 30 minutos en la heladera o hasta que esté bien fría.

Engrasar con un poco de manteca un molde de 20 cm de diámetro. Dividir la masa en dos partes. Estirar una de ellas sobre una mesa enharinada hasta que resulte un círculo que cubra todo el molde. Levantar la masa con el palote y desenvolverla sobre el molde. Adherirla con las yemas de los dedos sin estirarla. Con un cuchillo afilado, cortar lo que exceda del borde.

Calentar el horno a temperatura elevada, 190°C.

Preparar el relleno mezclando el azúcar, la canela, la nuez moscada y la fécula de maíz en un bol grande. Agregar las manzanas y el jugo de limón; mezclar bien con una cuchara de madera.

Llenar la tarta con la preparación de manzana disponiendo el relleno más alto en la parte central. Aunque parezca muy alto el relleno reduce su volumen con la cocción. Poner los trocitos de manteca esparcidos sobre el relleno.

Para la capa superior estirar la otra porción de la masa formando un círculo de unos 22 cm de diámetro. Levantar la masa con el palote y extender sobre el relleno. Cortar con una tijera el excedente de masa hasta 1 cm del borde. Volver la parte inferior sobre el borde superior y oprimir para cerrar bien usando el pulgar y el índice para hacer un borde decorativo.

Untar la parte superior con la crema o la leche. Practicar con la tijera dos tajos en la cubierta para dejar escapar el vapor.

Cocinar en la parte central del horno durante 40 minutos o hasta que la corteza tome un color bien dorado.

Servir directamente en la tartera o pasar, con mucho cuidado, para que no se deshaga, a una fuente.

Cortar en porciones de acuerdo con el número de invitados y poner sobre cada porción una cucharada de helado de vainilla. También, puede reemplazarse, si se desea, por crema al natural o suavemente azucarada tipo chantilly.

Como bebida, y por el sabor del pastel, es aconsejable un buen vino blanco o rosado refrigerado en la heladera desde una hora antes. Una variante que agrada a muchos comensales es acentuar el sabor dulce del pastel sirviéndolo con un vino abocado, tipo oporto o madeira. Pero son simplemente sugerencias que la dueña de casa, pensando en los invitados, resolverá de la mejor manera posible. Además actualmente la elección de vinos vario del esquema rígido tradicional hacia criterios más elásticos.