Bollitos para el desayuno

Con una cucharada de manteca, untar 2 placas grandes para horno.

Deshacer la levadura junto con una cucharadita de azúcar. Adicionar el agua tibia y formar una crema pastosa. Dejar reposar en un lugar cálido durante 20 minutos, o hasta que la mezcla haya crecido y forme espuma.

Aparte, en una olla pequeña, calentar la leche a fuego alto; antes de que hierva, disminuir la llama y agregar la manteca. Cuando se haya derretido, quitar la olla del fuego y dejar entibiar la preparación.

En un bol previamente calentado cernir la harina, la sal y el azúcar. Ahuecar en el centro y verter la levadura mezclada con la leche y la manteca. Ligar con el huevo.

Con ayuda de una espátula, o con los dedos, integrar líquidos y harina. Cuando la harina se haya incorporado completamente, colocar la masa sobre una tabla enharinada y amasar durante 10 minutos, agregando harina cada vez que la masa se vuelva pegajosa.

Mientras, enjuagar, secar y volver a engrasar el bol utilizado. Formar un bollo con la masa y colocarlo dentro del bol, espolvoreando la superficie del bollo con un poco de harina. Cubrir con un liencillo. Dejar reposar en un lugar cálido durante 1 a 1 Y 1/2 hora, hasta que la masa haya doblado su volumen inicial.

Colocar el bollo sobre una superficie enharinada y amasar durante 5 minutos. Extender la masa hasta que renga un grosor de aproximadamente centímetros y untarla con la manteca restante ablandada.

Con un cortapastas redondo de aproximadamente 6 centímetros de diámetro, cortar círculos, hacerles un pequeño cortesito en el centro y doblarlos por la mitad, presionando levemente sus bordes para que se unan. Disponer los semicírculos en las placas para hornear, espaciados entre sí y, con ayuda de un pincel, pintarlos con un poco de manteca derretida. Cubrirlas con un liencillo limpio y dejarlos reposar durante unos treinta minutos.

Calentar el horno a temperatura elevada de 240°C y colocar dentro las placas. Hornear durante 15 ó 20 minutos, o hasta que se hayan dorado bien.

Desmoldar sobre una rejilla y servir calientes o fríos.